CAJA DE RECUERDOS: ANA

Ana se levantó repentinamente de la silla donde estudiaba, su examen de Historia del Arte de 2º de Bachillerato y se dirigió a la cómoda que había en el otro extremo del cuarto.

Abrió su caja de recuerdos sabiendo que allí encontraría su amuleto porque allí lo guardaba desde que su amiga Leire se la había regalado hacía ya 8 años. Le encantaba su caja y la abría y cerraba varias veces al dia porque en los compartimentos de su interior había ido guardando pequeños objetos que, en este tiempo, habían sido protagonistas de sus vivencias.

En su caja de recuerdos había guardado pulseras, horquillas, pequeñas notas de papel e incluso, cuando empezó con ellas, su colección de chapas decoradas. Abrió la caja y rebuscó en sus departamentos, hasta encontrar el camafeo que le había regalado su abuela hacia unos años. Cuando se lo regaló, un dia antes de un examen, lo había guardado en el bolsillo y había ido con él al colegio.

El examen le había salido “bordado” y desde entonces… siempre que presentía que iba a pasar un rato “dificil”, lo sacaba de su caja y lo metía en su bolsillo… como hoy… La nota media de su Bachillerato no dependía del examen de mañana pero si que podía bajar alguna décima si no le salía perfecto así que llevaría el camafeo con ella.

Su sueño era hacer una Diplomatura en Dirección Artística y para ello necesitaba una buena nota en Bachillerato para que le concedieran una beca e ir a Madrid a estudiarla. Sus padres la apoyaban y contaba con ellos, pero era consciente de que sufragar sus estudios en Madrid supondría un sobreesfuerzo económico que no quería que sufrieran así que se había propuesto conseguir la beca. Con el camafeo de la yaya en la mano, volvió a su mesa y metió de nuevo la nariz en sus apuntes y en los libros.