Cajón desastre
CAJA RECUERDOS: CANDELA
Candela se encontraba sentada detrás del telón del teatro de su colegio. Un chico de un curso inferior, cantaba, o más bien gritaba al público, mientras ella intentaba concentrarse en su número.
Estaba muy nerviosa… Era la primera vez que hacía su número delante de alguien que no fueran miembros de su familia… y mucho menos en un escenario. Le iban a grabar y proyectarían su imagen en unas pantallas a ambos lados del escenario para todo el mundo lo viera bien. Hacía ya unos minutos que se había asomado por un lateral del escenario y había visto a sus padres en las primeras filas… cámara en mano para inmortalizar su momento estelar.
Llevaba meses ensayando… sus padres seguían sorprendiéndose (o al menos eso querían hacerle creer, ya que sospechaba habían pillado el truco desde hacia dias). Hacía unas semanas, en una comida familiar, había sido el centro de atención durante la sobremesa y en ese momento había sido cuando mas “público” había tenido. Su tía Sonia le recordó ese día la caja de recuerdos que le habían regalado cuando era un bebé… y la frase que había en su tapa….
Hoy estaba entre bambalinas, esperando a salir a un escenario y en la platea habría ¿cuántas? ¿300 personas? Sobre su cabeza, iban a colocar una cámara… y la imagen de sus manos se proyectaría en dos pantallas bastante grandes. Se le formó un nudo en el estómago. El chico dejó de cantar en el escenario y oyó aplausos… Teresa, su profesora, estaba a su lado…. sonriendo y tendiéndole la mano para acompañarla.
Se levantó mientras el Director explicaba “al respetable” en que consistía el número que iban a ver a continuación y el por qué de la mesa y la cámara que estaban montando a su lado… Dijo su nombre… Teresa se dió un beso cariñoso en la mejilla y un pequeño empujón que la impulsó al escenario… Las luces generales se apagaron y el foco la iluminó.
¡MAGIA!
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