DIARIO DE BEBÉ: CESAR

Cesar bajó del coche con ayuda de su madre y salió corriendo con su mochila a cuestas a abrazar a su abuela, que lo esperaba en la puerta de la casa.

Desde que tenia uso de razón, todos los veranos, durante las vacaciones escolares y hasta que sus padres comenzaban sus vacaciones, pasaba un mes en el pueblo, con sus abuelos y veía a sus padres únicamente los fines de semana, pero eso no le importaba… tenía muchos amigos allí y sus abuelos eran geniales con él…

Sus abuelos, Mercedes y Juan tenían una de las dos panaderías del pueblo y le habían prometido que este año iban a enseñarle a hacer pan y estaba emocionadisimo.

Dejó que los adultos se besaran y dieran los abrazos de rigor y en cuanto tuvo oportunidad, agarró la mano de su abuelo… tirando de él hacia el patio interior. Su abuelo le siguió encantando, riendo, hasta que llegaron a los sillones donde hacían sus siestas veraniegas y se sentaron mientras Juan le preguntaba a su nieto a que se debía tanta excitación…

Cesar se quitó su mochila de la espalda y la dejó en el suelo mientras preguntaba:”¿Estás preparado, abuelo?“

Su abuelo, intrigado, le preguntó: “¿Qué traes allí, chiquillo?“

Alejados unos pasos, sus padres y la abuela Mercedes, que conocían el motivo de su algarabía, sonreian encantados mirando la escena… Y Cesar abrió su mochila… y sacó de su interior dos trozos de tela blancos… uno de los cuales entregó a su abuelo, que lo miraba entre divertido e intrigado.

“Espera, abuelo!!! No abras todavía!! Los dos a la vez!! Preparado? Ya!!“

Ambos desplegaron a la vez las telas y Juan pudo distinguir los delantales… en los que pudo leer:  NO MOLESTE, estoy horneando pan.