CAJA RECUERDOS: CRISTINA

Cristina caminaba nerviosa de la mano de su madre con la vista fija en los dos globos aerostáticos que se erguian frente a ellas.

Desde que tenía uso de razón, uno de sus mayores sueños era montar en globo y al fin, hoy, a sus 14 años iba a cumplirlo. Le había insistido mucho a sus padres… y siempre que los veía surcar el cielo, magestuosos, les decía que ella queria subir en uno.

Sus padres siempre habían achacado esa obsesión a la caja de recuerdos que le habían regalado cuando tenía 6 años, decorada con globos y nubes y siempre le decían que cuando fuera más mayor, la llevarian a surcar los cielos. Y el día había llegado… su cumpleaños había sido hacía unos dias y como regalo, había recibido un sobre, con una tarjeta dentro, que la invitaba a dar un paseo en globo por su isla, Mallorca.

Cuando llegaron a “su globo”, un chico muy sonriente dejó de comprobar los pesos y se acercó a ellas. Les preguntó sus nombres y asintiendo, empezó a contarles el recorrido que harían y las precauciones que debían tomar, tanto durante el trayecto, como en el aterrizaje.

Subieron a la cesta, junto con 2 personas mas… y su “capitán” empezó a soltar lastre mientras controlaba la espita del quemador que calentaba el aire del interior del globo. Cristina aguantó la respiración mientras se elevaban y la gente que había en la explanada se hacía más y más pequeña…  En la expedición les acompañaban otros dos globos, que flotaban a cierta distancia del suyo.

Durante todo el trayecto, Cristina fué todo ojos. Habían salido de la zona Oeste de la costa al atardecer y fué espectacular… Hicieron muchisimas fotos de todos los lugares que vieron, Puerto Cristo, Artá… Cala Millor, donde pasaban tantas jornadas de playa en verano… Decididamente, a 500 metros de altura, la vida se veía diferente…